El duelo embarga a la familia de Luis Roberto Hernández, un joven de 19 años, quien fue asesinado el martes, 30 de julio, durante disturbios registrados en Upata, estado Bolívar, en medio de un tenso panorama de protestas contra los cuestionados resultados electorales del pasado 28 de julio.
“La información que tengo es que fue un colectivo que me lo mató”, dijo Ricardo Roberto, padre de la víctima, en la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de San Félix. Este miércoles, 31 de julio, el hombre de 48 años esperaba sentado en el borde de una acera la entrega del acta de defunción y el cadáver de su muchacho para llevarlo a la sureña localidad de Upata.
El padre del joven aseguró que su hijo recibió un disparo en la cabeza. “Él fue herido por una bala, no como están diciendo, que fue una piedra, y tengo base para decirlo. A él se le hizo una tomografía en la Clínica Humana y (los médicos) se dieron cuenta que es una bala lo que tiene adentro en la cabeza. Me dijeron que mi muchacho no iba a sobrevivir, prácticamente”, relató el padre, quien trabaja como mototaxista.
El dolor lo invade al recordar el duro momento. “Me mataron a mi hijo y siento que me mataron a mí también. Tengo un hijo pequeño que tiene 12 años de edad. Los dos nacieron el mismo día, el 28 de enero. Uno en 2005 y otro en el 2012”, dijo con la voz entrecortada el hombre.
¿Qué pasó?
Como todos los días, Luis Roberto se preparó para salir a trabajar en un negocio de venta de oro en Guasipati, a unos 100 kilómetros de su casa. El padre del joven dice que lo vio especialmente alegre y emocionado, una característica que sus amigos resaltan también.
“No pudo llegar a su trabajo porque había una tranca en Santa María, entonces se devolvió. Cuando fue a guardar la moto se fue con un primo al centro del pueblo para estar en la manifestación”, dijo el papá.
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