Entre las calles de esta ciudad, hay un personaje que pasa desapercibido. Muchos no pueden verlo, pero quienes curioseamos un poquito más en los cuentos de Caracas nos encontramos con el presidente Antonio Guzmán Blanco, ¡casi en cualquier esquina!
Conocido como una figura clave a finales del siglo XIX y comienzos del XX, Guzmán Blanco dejó su huella en todo: desde la economía hasta la cultura, pasando por el ámbito político, administrativo y arquitectónico. Pero lo que realmente nos encanta es su irónica humildad. 🤭 Jajajaja. Y es que él nombra plazas, edificios y estatuas con su nombre y en su honor. Entre ellas, hay una estatua muy famosa que, aunque ya ha desaparecido casi en su totalidad, aún quedan evidencias de su historia, ¡la famosa estatua de "El Manganzón"!
Imagínate esto: en 1883, justo en el centenario del Libertador, se colocó una estatua gigante de Guzmán Blanco iluminada por luz eléctrica, ¡una auténtica revolución! Porque pocas apenaa comenzaba a llegar la electricidad, y La pusieron en la cima del Parque El Calvario, que en ese momento él lo nombró Paseo Antonio Guzmán Blanco. Pero, como toda buena historia, tuvo su giro inesperado. El 26 de octubre de 1889, cuando los estudiantes y el pueblo tomaron acción y derribaron “El Manganzón”. 😲
Muchos años después de la destrucción de la estatua, encontramos el rostro de esta emblemática figura en las colecciones de la Fundación Museos Nacionales, y hoy a través de la Galería de Arte Nacional, la cabeza de esta escultura, se muestra en la exposición "CCS 457" en el Museo Caracas, justo en el edificio del Concejo Municipal en la Plaza Bolívar. 🏛️✨
¿Pero ustedes saben qué pasó con el resto del cuerpo de la estatua y su historia tan particular? ¡Cuéntenme y los leo! 👀
No te pierdas la oportunidad de vivir la historia de Caracas de una manera única. En visitas guiadas y recorridos patrimoniales, ¡te espero! 🇻🇪💖
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