adolfocarrasco_m

«En el parque del Carrero» ilustración inédita para el poemario 𝑆𝑢𝑏𝑒 𝑒𝑙 𝑣𝑜𝑙𝑢𝑚𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑎 𝑎 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑎𝑟 de @franmartinez_velez, editado por @ladelfin.e

«Holograma precario», ilustración para el poemario 𝑆𝑢𝑏𝑒 𝑒𝑙 𝑣𝑜𝑙𝑢𝑚𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑎 𝑎 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑎𝑟 de @franmartinez_velez, editado por @ladelfin.e

«Confundir el abrazo con la esgrima», ilustración para 𝘚𝘶𝘣𝘦 𝘦𝘭 𝘷𝘰𝘭𝘶𝘮𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘢 𝘢 𝘢𝘤𝘢𝘣𝘢𝘳 de @franmartinez_velez, poemario editado por @ladelfin.e

Antes de cenar

Ya se estrenó mi cover de ¡Chas! Y aparezco a tu lado 💓 Se puede escuchar en cualquier plataforma de streaming La portada es esta hermosa ilustración de @adolfocarrasco_m 💓💓 🇪🇸 Producción, Mezcla y Master por mi 💓🤭 Composición: Alex y Cristina 🇪🇸 Pronto más cositas 💦 Suavecito 2024

¡Ring! «Buen día, peluquería Magia capilar». «Isabella, soy Wash, tu perro». «¿Pero cómo…?» «No hay tiempo para explicaciones. Estoy bien, pero escucha, Cachocabra me ha secuestrado. No te preocupes que estoy bien. Pronto te enviará una carta con indicaciones. Yo estoy…» Pi pi pi.

Se le escapó el limpiaparabrisas de la mano y salpicó de jabón toda la luna del todoterreno naranja. «Cuidado longi, que me vas a sacar un ojo», dijo el nuevo compañero del lavadero de coches. Sacaron sus corporativas bayetas moradas y extendieron sin cuidado la espuma sucia por el resto del vidrio. «¿Y tú lo viste bailando con esas ratas antropomórficas?». Afirmó con la cabeza, era mentira. La noche anterior había ido a hacer unos negocios a los baños de una pizzería del centro, al terminar se sentó en la terraza y, en la mesa de al lado, unos skaters contaban la historia de la fiesta subterránea. Le gustó y la hizo suya. Probablemente ellos tampoco estuvieron, ni vieron nada, aunque también escucharían algo. Durante la mañana del lunes, se habló mucho de los originales bailes del Cachocabra, por la tarde ya nadie se acordaba ni de quiénes eran ellos mismos. A nadie le importa ya lo que pasó.

Aquel verano, Asier descubrió que el espectáculo en el que vivía no solo lo construía su disfraz de conejo, sino todas las vidas de los espectadores. En ese teatro, él no era más que un espíritu sin rostro moviendo un cuerpo. Estaba atrapado en un guión que ni siquiera había podido escribir él mismo. En el tren, de camino a casa, imaginaba que el disfraz ahora era su propia piel y que debía de tener otro pequeño Asier dentro probablemente llorando también.

Siempre Mona. El tipo de souvenir con el que los bebés p.c llorarían.

César

Me va el sonido de las trompetas del juicio final.

potho