El frasquito de Luis Guzmán, junto a El fiord de Lamborghini, La piel de caballo de Zelarayán, Invitación a la masacre de Marcelo Fox, La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik y El desierto y su semilla de Jorge Barón Biza -solo por nombrar unos pocos-, forma parte de ese grupo de libros raros, malditos y muchas veces incomprendidos (y tambien censurados) de nuestra literatura.
El superyó me susurra constantemente que no puedo encontrar escenas lovecraftianas y weird en todo lo que leo, pero después me encuentro con este fragmento que habla de invocaciones, espíritus malignos, pieles frías, pulpos y tentáculos hambrientos, entonces se me desata por completo el ello y el yo no sabe que mierda hacer:
"La madrecita con la rodillas separadas, la cara vuelta hacia la pared donde cuelga el retrato de Kardec, quejándose, perdiendo la poca sangre que tiene, lista para dar a luz, invocando en voz baja a los espíritus del bien para que acudan en su ayuda. Los espiritistas sentados alrededor de la cama, todos con los ojos cerrados, tomados de la mano haciendo la cadena, llevan puestos sombreros de colores que terminan en pico, uno cuyo sombrero es rojo, otro cuyo sombrero es verde y Martín el médium con un sombrero multicolor húmedo y resbaladizo como si lo hubiera hecho con la piel de una anguila. Son mágicos –dice Irene la médium de los ojos verdes- los espíritus no pueden resistir su mirada, sus colores la enceguecen. La madrecita recostada ahora en su silla de viaje con la mirada perdida en el camino, su vagina se mueve acompasadamente, los sombreros de los hermanos comienzan a brillar, se vuelven lisos amenazantes hacia el cuerpo de la enferma, listos para abrirse paso a través de la vagina ensangrentada, de la que chorrea sangre mientras debajo de la hamaca a lunares comienza a formarse un charco. La médium dice que adentro de la barriga de la madrecita hay pulpos, que si entro a la pieza van a querer agarrarme, tentáculos que entran y salen alternadamente, hambrientos como las plantas carnívoras que hay del otro lado del camino, cerca de las arenas movedizas".