mrdavidmatamoros

NOS VAMOS A SUNDANCE🎬❤️ @lauracasabe

Si pudieras elegir un super poder, una habilidad especial, un don… Cual sería? Y qué clase de justicia impartirías? La tuya? Por qué? #lavirgendelatosqurera #sundance #sundancefilmfestival

Ese no lugar que son los festivales de cine. Esos cruces de caminos entre personas sedientas de poder explicar sus historias, de poder compartirlas. De que el esfuerzo encuentre un interlocutor. Pero un privilegio reservado a unos cuantos, y siempre por los motivos más random que nos podamos imaginar. Poco tienen que ver contigo los festivales y mucho con elementos que son ajenos a ti. Poco con tu película y mucho con políticas, visiones, interpretaciones, gustos personales. Con lo que acudir a unos festival a presentar tu película es siempre un honor al que hay que acogerse con humilde orgullo; pero también una responsabilidad. Más allá de alfombras rojas, el calor y el cariño del público que acude a ti en busca de respuestas, requiere que seamos conscientes de que nuestros trabajos abren ventanas a infinitos mundos que experimentar. Y que algunos utilizarán esas ventanas para vivir sus vidas. Igual que hicimos nosotros al ver películas. Esas ventanas son altavoces. Úsalos con responsabilidad.

Que no me faltes nunca.

Tres de los actores que dan vida a los personajes de Quien quiere casarse con un astronauta, nos acompañaron esta semana en la proyección que hicimos en Madrid. Tres compañeros maravillosos de los que aprendi mucho. Con los que jugué e improvisé. Actuar no reside en ser alguien distinto sino que se trata de ir buscando las similitudes en aquello que, a simple vista, nos parece distinto a nosotros para, luego, encontrarse a uno mismo justo allí. Es muy importante y al mismo tiempo extremadamente difícil para un actor actuar sin hacer casi nada. Muchos actores caen en la trampa de querer hacer algo que muestre al público lo que el personaje está sintiendo. Pero si lo piensas, la gente en la vida real no reacciona habitualmente de forma dramática frente a las tragedias. De hecho, a menudo se sienten tan aturdidos por ellas que más que mostrar sus sentimientos tienden a ocultarlos. Por lo tanto es importante no remarcarlos. Deja que el público lea en tu expresión en vez de intentar enseñarles lo que tienen que sentir. Sólo necesitas dejar de pensar demasiado y saldrá por si sólo. Un actor debe tener la habilidad de observar y entender el comportamiento humano. Y creo que hicimos un buen trabajo si eso se mide por las risas y la emoción del público tras el pase, y los mensajes que han ido llegando. Gracias a todos por permitiros sentir.

Estoy abrumado por la repercusión del anterior post. Gracias por todos los mensajes. Estoy bien. Si escribí el post fue con la intención de hacer visible de que, más allá de las sonrisas en las redes sociales, somos todos vulnerables. Solo que nos avergüenza mostrarlo. Algunos me habéis dicho que soy fuerte. La fortaleza es una amante exigente que siempre nos pide estar al 100% dando todo de lo que somos capaces en aquello que hagamos para mostrar cuan fuertes somos. El primer coste que se paga es el cansancio. No sólo físico o emocional, sino sobre todo vital. Cuando uno se exige ser fuerte, la vida es algo que pesa, lo que mantenido en el tiempo es realmente agotador. Y te vuelves apático y con dificultad para ilusionarte. Mostrar debilidad es algo que no nos permitimos simplemente para que no nos rechacen. En esa soledad en la que te encierras muchas veces te lleva a la tristeza. El “no poder ser débil y estar triste” se convierte en una losa muy pesada. Como la autocrítica (y muchas veces también la culpa), que se convierte en la fusta que mantiene activo el ritmo a galope. Este juez interior e incansable es uno de nuestros mayores enemigos, pues siempre te está exigiendo más y más de forma que nunca pueden descansar y sobre todo que cuando consigues algo ya está ahí la próxima tarea que desempeñar, la siguiente prueba de fuerza que demostrar. Con esto apenas puedes saborear las mieles de tu esfuerzo y desde luego, no puedes disfrutarlos reponiendo fuerzas. Insisto en que estoy bien, más allá de todo lo que he mencionado antes. Sigo mi vida normal, con el trabajo y con todo. Pero estoy en ese proceso de reconocer mi debilidad. De no autoimponerme largas jornadas de trabajo, de ser tan exigente, de dormir con la ansiedad, de creer que todo el mundo es capaz o tiene criterio menos yo. De no creer que estoy constantemente en una maratón de obstáculos. Sé que mi trabajo es absolutamente inestable, aleatorio y carente de lógica, y me he acostumbrado a vivir en la incertidumbre. Pero surfear lo incierto es agotador. Depender de la aprobación de tantos otros es agotador. Hay que esforzarse pero no como forma de estar en la vida. Gracias por estar ahí. Seguimos!

Han pasado ya tres semanas desde que sufrí un revés en el trabajo. De repente, comienzo a experimentar angustia, taquicardia y sofocos; siento mucho calor pero a la vez estoy frío y tengo escalofríos. “Me está dando un infarto”, pienso. Estoy desorientado. Lucho para que nadie se de cuenta. Tras dos horas de pruebas y esperas llega el diagnóstico. “Usted ha sufrido un ataque de pánico”, me dice el médico. Me siento inestable, incapaz y, sobre todo, temeroso de que la situación se repita. Los ataques de pánico son manifestaciones fisiológicas que alertan al organismo de que existe una amenaza (en este caso imaginaria) contra su integridad física o psicológica. Esta percepción imaginaria es lo que diferencia a los seres humanos de otras especies. De acuerdo, no soy una zebra. Pero eso no me consuela. Mientras camino no veo un agujero en el suelo. Un esguince en el tobillo izquierdo me hace sentir más inestable. Sin tiempo a reaccionar regreso a Madrid, donde hacía tiempo que no me sentía tan solo. El corazón me late rápido; todos están ocupados. Estoy aterrado. La soledad en Madrid puede ser muy despiadada. Un ataque de pánico implica sufrir un miedo intenso que desencadena reacciones físicas muy alarmantes sin motivo aparente. Una de sus características es la falta de control sobre el cuándo, el dónde y el porqué. Dos semanas más tarde, mientras, estresado, intento volver a casa, caigo por las escaleras del metro. Esguince número 2, esta vez en el tobillo izquierdo. Podría ser una comedia pero me duele demasiado. Le explico a mi psicólogo que mi cuerpo me pide que pare. Hace desaparecer mis fantasmas. Tengo demasiados, de todas formas y de todos los colores. Me persiguen y se turnan para atormentarme. Para hacerme creer que la gente me odia, que todo va a ir mal. No hay peligro. Es solo que no sé mirar bien. Anoche volvió; hoy tenía algo importante. Durante 1 minuto vi un mundo paralelo. Me metí en la cama, no quería salir. Creo que me va a tocar vivir con el pánico durante una temporada.

Hoy será el primer día que mostremos nuestro Astronauta. Aunque el viaje se inició cuando estas tres personas me dijeron que si, que se embarcaban en esta locura de proyecto y que no hace más que traernos buenas noticias. Gracias @raultejon @raulfernandezdepablo y @sabrinapraga por todo el amor que nos habéis regalado y por esta amistad que hemos trabado. Me gusta que sea mi Sitges, mi gente, quien vea por primera vez lo que hemos hecho con tanto cariño. Luego vendrán más lugares, pero será el Mediterráneo que ha acogido a tantos navegantes, quien nos guíe a buen puerto. Gracias @melkio_bila_actor por esta bonita fotografía

Está maravilla de póster es obra de @barfutura y esta maravilla de película es obra de mucha mucha mucha gente que con tanto amor se embarcaron en esta quimera. La primera @msangeleshernandez que siempre ha creído en mí y fue también la primera en creer en los astronautas. Y ahí un sinfín de personas que creyeron en el amor, el buen rollo y los finales felices. A partir de hoy la película empezará a recorrer medio mundo y dejará de ser mi historia para ser parte de la vuestra. Gracias por acogerla con el mismo amor como con el que la hemos hecho ➕🖤🔝

Me estaba costando todo demasiado. Me arrastraba. Llegaba a todo por los pelos. Hasta que caí. Con la vida, o desaceleras cuando lo necesitas o te para en seco. Sin tiempo a saborear ni a llorar, iba en piloto automático. El dolor me hacía gritar por dentro. No se mostrar debilidad. Siempre hay algo que hacer. Con el pie desgarrado por dentro, alguien me dijo que lo único que lamentan los enfermos es aquello que no han hecho. Ese pensamiento no me ha dejado dormir. El pie puede evidenciar conflictos relacionados con el avance de la vida, no ser capaz de seguir o emprender cierto camino, de saltar, de ponernos de pie. Los pies dan estabilidad en los desplazamientos hacía un propósito, una dirección. Un síntoma vinculado con los pies refleja un conflicto entre la dirección y el gesto que se realiza; evidenciando una necesidad de mayor seguridad y estabilidad en el camino que lleva o se va a emprender. Como siempre, buscando explicaciones en el Cosmos, como un astronauta. Cuando solo debería parar. Parar y observar. PS: un día utilizaré los pies y las piernas en un póster.

Llega el otoño y sus múltiples festivales de cine

Había hecho tantos planes para este agosto. Me había propuesto varias metas. No he conseguido ninguna. No he cumplido ningún plan. Se me ha pasado el mes como un suspiro y acabo cansado y frustrado, sin sensación de haber descansado. Aunque todo eso no es cierto. Desde Brasil que he perdido las ganas por viajar, por socializar, por vivir a 120 por hora. Y en este recogimiento, me he reencontrado un poco. He apostado más por mi que por las prisas por vivir. Volverán. Ahí está setiembre esperándome ansioso, con octubre y noviembre acechando y un diciembre que me volverá a hacer cruzar el Atlantico. Pero mi idilio con agosto ha sido tierno, sencillo y calmado. Sin grandes hazañas o quizás si; porque no hay mayor gesta que tener una conversación sosegada, amable e inspiradora con uno mismo.